Precintos

A la hora de preparar paquetes o asegurar mercancías, contar con un buen precinto de embalaje es más importante de lo que parece. No solo se trata de cerrar una caja, sino de garantizar que lo que va dentro llegue bien. En almacenes, talleres o tiendas online, usar un precinto fiable puede evitar devoluciones, reclamaciones y pérdidas.

Cinta adhesiva para embalaje

La cinta adhesiva para embalaje es probablemente el tipo de precinto de embalaje más usado. Se adapta a todo tipo de superficies, se aplica rápido y permite cerrar cajas con firmeza. Lo normal es encontrarla en color marrón o transparente, aunque también hay versiones personalizadas o reforzadas. Algunas tienen mayor resistencia al corte o a la humedad, según para qué se necesiten.

¿Qué tener en cuenta al elegir un precinto?

No todos los precintos sirven para lo mismo. Hay que fijarse en el grosor del film, el tipo de adhesivo y el peso del paquete que se va a embalar. Para cargas ligeras, con una cinta estándar basta. Para cajas más pesadas o con más manipulación, conviene optar por una versión más robusta.

Precintos para uso manual y automático

En función del volumen de trabajo, se puede aplicar el precinto de embalaje con una pistola manual o con una máquina automática. Esto influye en el tipo de rollo, el diámetro y la cantidad de metros por bobina.

Otras aplicaciones del precinto

Además de embalar, hay precintos que se usan para señalizar, cerrar bolsas, reforzar envíos o incluso disuadir aperturas no autorizadas. Por eso, más allá de cerrar una caja, el precinto también cumple una función de seguridad y control.

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